Un navojoense iba por la calle y encuentra un espejito de cartera, lo levantó, se miró y dijo: Ah chingao ... ¡Yo a este wey lo
conozco..!
Y se lo guardó en el bolsillo del pantalón.
De regreso a su casa, volvió a mirarse en el espejito y
repitió: 'chingao ¿De dónde conozco a ese tipo...?
Al entrar a su casa, guardó el espejito en el bolsillo
del pantalón.
Se sentó a la mesa del comedor.
Mientras la Chayo le servía la machaca, el navojoense volvió a mirarse
en el espejito. ¡Carajo, de dónde conozco a este wey? ... creo que es el
que se corta el pelo en frente mío.
Curiosa, la Chayo le pregunta:
0ye, viejo... ¿qué tienes en la mano?
Nada importante, mujer.
Y guardó nuevamente el espejito en el bolsillo del
pantalón.
Terminada la cena el bato se fue a dormir,
dejando el pantalón sobre la silla.
La Chayo quedó intrigada, y una vez dormido su esposo, se acercó a
la silla y retiró el espejito del bolsillo ... se miró en el mismo y dijo:
¡Lo sabía!. ¡Una foto de mujer...!
¡¡Y qué cara de puta tiene la cabrona.!!
conozco..!
Y se lo guardó en el bolsillo del pantalón.
De regreso a su casa, volvió a mirarse en el espejito y
repitió: 'chingao ¿De dónde conozco a ese tipo...?
Al entrar a su casa, guardó el espejito en el bolsillo
del pantalón.
Se sentó a la mesa del comedor.
Mientras la Chayo le servía la machaca, el navojoense volvió a mirarse
en el espejito. ¡Carajo, de dónde conozco a este wey? ... creo que es el
que se corta el pelo en frente mío.
Curiosa, la Chayo le pregunta:
0ye, viejo... ¿qué tienes en la mano?
Nada importante, mujer.
Y guardó nuevamente el espejito en el bolsillo del
pantalón.
Terminada la cena el bato se fue a dormir,
dejando el pantalón sobre la silla.
La Chayo quedó intrigada, y una vez dormido su esposo, se acercó a
la silla y retiró el espejito del bolsillo ... se miró en el mismo y dijo:
¡Lo sabía!. ¡Una foto de mujer...!
¡¡Y qué cara de puta tiene la cabrona.!!
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